viernes, 17 de octubre de 2008

MIRANDO HACIA EL FUTURO: ECO-GIMNASIOS

Cada vez es más latente la concienciación social que existe hacia el medio ambiente. Los informes medioambientales y sus trágicas predicciones han puesto en marcha una serie de movilizaciones, como 'The Climate Project' -el controvertido programa ecológico del ex candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Al Gore-, para cuidar de la madre tierra. Pero no sólo a gran escala, sino también existen pequeñas iniciativas que tratan de poner su grano de arena en esta eco-montaña.

Es el caso de The Green Microgym, el primer gimnasio 'verde' y que, de momento, tiene un único local en Oregón (Portland, Estados Unidos). Su funcionamiento es muy simple: la electricidad que consume una instalación de este tipo, no se consigue a través del tendido eléctrico (como normalmente ocurre), sino aprovechando la energía que se desprende del propio ejercicio de sus clientes. “Un concepto muy antiguo conocido como energía cinética”, explica su propietario, Adam Boesel.


Mientras los usuarios de este singular gimnasio queman calorías con la bicicleta estática, un pequeño motor carga las baterías para mantener en funcionamiento la luz del local, así como el equipo de música o la televisión. “Aunque por ahora la energía producida por los clientes no es mucha, esperamos que en un futuro no muy lejano el local quede independizado por completo de la energía tradicional”, explica. Uno de los atractivos del gimnasio es la creación de un conjunto de bicicletas fijas para cuatro personas, que puede generar de 200 a 400 vatios de energía de acuerdo al nivel del grupo.


AHORRO HASTA EN EL MÁS MÍNIMO DETALLE


En The Green Microgym hasta el más mínimo detalle está pensado para suponer un ahorro de energía y aprovechar el reciclaje de materiales. No sólo las bicicletas, los spinnning o las cintas de andar generan energía, sino también unos enormes paneles solares que generan un promedio de 8 kw/hora al día. Además, todos y cada uno de los componentes eléctricos que tiene el gimnasio de Adam Boesel está ideado para suponer un ahorro, desde el sistema de iluminación (fluorescente), o las televisiones LCD (las que menos gastan del mercado), hasta ventiladores que ahorran energía en lugar de aparatos de aire acondicionado, y un largo etcétera.


El reciclaje también es un elemento importante en este negocio. “Los clientes se pueden encontrar con cosas tan curiosas como el papel higiénico, el material que recubre los aparatos o el suelo, hechos con productos reciclados”, señala Boesel.


Por menos de 100 dólares al mes, sus clientes pueden encontrar el equilibrio perfecto entre ponerse en forma así mismos y hacerlo también con el medio ambiente. Por cierto que, también la forma de pago está digitalizada para así evitar el papel que supone imprimir las facturas.

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